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Entrevista a Joan Roget, presidente de la Federación Empresarial Catalana del Sector Químico (FedeQuim)

 

Joan Roget es presidente de FedeQuim y vicepresidente de Feique, la Federación Empresarial de la Industria Química Española. Forma parte del Comité Organizador de Expoquimia desde hace varias ediciones y también es vicepresidente de Fomento del Trabajo. Recientemente, ha sido nombrado miembro del Comité Económico y Social Europeo en representación de España.

 

La química está presente en casi todo lo que nos rodea, pero a menudo no se percibe. ¿Qué avances recientes muestran mejor este papel invisible pero imprescindible de la industria química?

Los productos químicos son necesarios para que funcionen el 98% de las actividades productivas del país, ya que en algún momento de la cadena de valor se utilizan sustancias químicas básicas o avanzadas. La transformación de la economía hacia un modelo circular y descarbonizado es un desafío que la industria química asume como propio. Su probada capacidad de innovación tecnológica —es el mayor inversor industrial en I+D+i— le proporciona el potencial necesario para dar respuesta a las demandas de sostenibilidad que la sociedad y los mercados reclaman hoy.

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU para 2030 y los fijados por la UE en el marco del Green Deal para alcanzar la neutralidad climática antes de 2050 marcan un horizonte urgente que requiere soluciones disruptivas frente a grandes retos. Tecnologías y materiales que el sector químico ya genera pueden mejorar la eficiencia de las energías renovables, fomentar sistemas avanzados de almacenamiento energético, impulsar la economía del hidrógeno verde y desarrollar procesos químicos con bajas o nulas emisiones. También se incluyen materiales para impresión 3D y combustibles limpios para una movilidad sostenible.

En el ámbito de la economía circular, la industria química desarrolla tecnologías capaces de convertir residuos en sustancias de alto valor añadido, como el reciclaje químico de residuos plásticos, que evita que gran parte acabe incinerada o en vertederos. También se avanza en la captura y uso del CO₂ como materia prima y en tecnologías vinculadas a la bioeconomía y los bioproductos. La digitalización actúa como eje vertebrador, permitiendo optimizar recursos, ganar eficiencia y minimizar riesgos, esencial para alcanzar una economía circular y descarbonizada en un mundo con recursos limitados y población creciente.

 

En un momento en que la sostenibilidad y la transición verde marcan la agenda global, ¿cómo está respondiendo el sector químico para convertir retos ambientales en nuevas oportunidades de crecimiento?

Recientemente, desde Feique presentamos la Hoja de Ruta para la Neutralidad Climática de la Industria Química Española. Este documento identifica las trayectorias tecnológicas viables para alcanzar los objetivos climáticos y las condiciones necesarias a corto plazo para que la transición energética y productiva sea sostenible, sin comprometer la competitividad industrial ni la autonomía estratégica de España.

Se identificaron ocho trayectorias tecnológicas: eficiencia energética, electrificación, hidrógeno renovable, vapor y calor a partir de fuentes alternativas, captura y almacenamiento de CO₂ y fuentes alternativas de carbono como biomasa, residuos plásticos y CO₂. La implementación combinada de estas tecnologías es esencial, ya que ninguna de ellas por sí sola puede garantizar la descarbonización total del sector. La madurez tecnológica, la disponibilidad de materias primas, el coste relativo y las medidas habilitadoras concretas condicionarán su despliegue.

 

Muchos sectores hablan de transformación digital e innovación. En el caso de la química, ¿qué tecnologías disruptivas cree que marcarán el futuro inmediato de la producción y la competitividad?

La digitalización ya no es una tendencia de futuro; es una realidad que transforma la manera de operar, innovar y relacionarse dentro del sector químico, integrándose en casi todos los niveles de decisión y operación de las plantas. La aplicación de la inteligencia artificial, el análisis predictivo y los gemelos digitales está presente en más del 95% de las grandes empresas químicas, especialmente en áreas como I+D, mantenimiento predictivo y eficiencia energética. Estos avances permiten reducir tiempos de parada, optimizar recursos, anticiparse a errores operativos y mejorar la trazabilidad de las operaciones, con un impacto positivo en sostenibilidad.

La combinación de sensores, big data y modelado digital facilita conocer en tiempo real el funcionamiento de los equipos, predecir incidencias y simular escenarios antes de implementarlos. También impacta en logística, inventarios y control de calidad, mejorando la integración con proveedores y clientes. Esta transformación exige personal con habilidades digitales y plantea desafíos de interoperabilidad, estandarización y ciberseguridad, pero las empresas la perciben como una aliada para ser más competitivas y sostenibles.

 

Como presidente de FedeQuim y vicepresidente de Feique, ¿cuál es su visión sobre el potencial y los principales riesgos que afronta hoy la industria química en Catalunya y España?

Los principales riesgos que enfrenta la industria química en España y Catalunya están relacionados con la necesidad de superar las brechas de competitividad con otros países, especialmente en costes energéticos y carga regulatoria. En la Hoja de Ruta que elaboramos, se proponen medidas para garantizar estabilidad regulatoria, reducir cargas administrativas, respetar la neutralidad tecnológica, activar un Fondo de Descarbonización Industrial, impulsar contratos por diferencias de carbono y estimular la demanda de productos bajos en carbono y circulares. Además, es fundamental preservar la competitividad internacional ante amenazas como la deslocalización de emisiones, coordinando eficazmente el Régimen de Comercio de Derechos de Emisión y el Mecanismo de Ajuste en Frontera de Carbono.

 

En 2026, Expoquimia volverá a ser el escaparate de la química a escala internacional. ¿Qué importancia tiene para el sector esta cita?

Expoquimia representa una gran oportunidad para mostrar cómo la química responde a los cambios rápidos y a los retos globales. El evento no es solo comercial, sino que actúa como plataforma estratégica para poner en valor la innovación, la sostenibilidad y la capacidad tecnológica de la industria química. La cita permite reforzar alianzas entre empresas, centros tecnológicos y administraciones, proyectando la imagen de una industria química catalana y española fuerte, comprometida y preparada para liderar la transición ecológica, la circularidad de materiales y el desarrollo de productos más seguros y eficientes.

 

¿Cómo puede reforzar su representatividad gracias a la colaboración con Feique y el proyecto Smart Chemistry?

Feique aprovecha la feria desde hace varias ediciones para acompañar a las empresas químicas en la presentación de las numerosas soluciones que ofrecen a distintos sectores productivos y a la sociedad. La química está presente en proyectos que van desde la producción al control, la innovación, las ciencias de la vida y la salud.

La colaboración con Feique y Smart Chemistry refuerza la representatividad y la voz conjunta del sector. Trabajar juntos permite transmitir una imagen unificada y moderna, aumenta la capacidad de influencia frente a instituciones y sociedad, y da visibilidad a casos de éxito, proyectos de investigación y ejemplos concretos de cómo la química contribuye al progreso económico, social y ambiental.

 

¿Qué grandes ejes temáticos o tendencias cree que definirán la próxima edición de Expoquimia y la harán especialmente relevante para la industria?

Los grandes ejes serán sostenibilidad, digitalización y talento. La descarbonización de los procesos, la química circular y los nuevos materiales sostenibles constituirán el hilo conductor de la edición. La digitalización impulsará la seguridad, la flexibilidad y la eficiencia de los procesos productivos. Al mismo tiempo, la captación y formación de profesionales cualificados, junto con la cooperación entre empresas, centros tecnológicos y universidades, mantendrán el liderazgo del sector y generarán valor añadido para toda la sociedad.

 

Recientemente, se ha incorporado al European Economic and Social Committee en representación de España. ¿Qué significa para usted este nombramiento y cómo puede contribuir a dar más voz a la industria química en Europa?

Es un honor representar a los empresarios españoles en el Comité Económico y Social Europeo en un momento crítico para la industria europea. Velaré especialmente por la implementación del Plan de Acción para la Industria Química de la Comisión Europea, con el objetivo de reforzar la resiliencia de la producción, garantizar un suministro energético asequible y sostenible, promover la innovación y simplificar el marco regulador, contribuyendo así a consolidar una industria química competitiva, sostenible y preparada para afrontar los retos globales.