Entrevista con el presidente del comité organizador de Expoquimia 2026
Carles Navarro: “La química es el motor de la transición energética y de la economía circular”
Carles Navarro, presidente del Comité Organizador de Expoquimia 2026 y exdirector general de BASF España, es una de las voces más influyentes en la defensa de la sostenibilidad en la industria química. En esta entrevista, comparte su visión sobre los retos y oportunidades que afronta el sector en un momento clave para impulsar la descarbonización, la innovación y la competitividad de todos los sectores industriales, como se verá en el salón, que se celebrará del 2 al 5 de junio en el recinto de Gran Via de Fira de Barcelona.
¿Cómo definiría la situación actual y el potencial de la industria química en España?
La industria química española está en un momento de cambio, con muchos retos, pero también con una enorme fortaleza. En pocos años se ha consolidado como una de las grandes locomotoras industriales del país, hasta el punto de situarse ya como la primera industria exportadora de la economía española, con un peso creciente en mercados de fuera de la UE y una cifra de negocio que supera ampliamente los 80.000 millones de euros anuales. Eso demuestra que hablamos de un sector potente, resiliente y muy internacionalizado, capaz de seguir creciendo incluso en entornos complejos. El desafío ahora es aprovechar esa posición para acelerar la inversión en descarbonización, digitalización e innovación, y hacerlo en un marco regulatorio que no nos reste competitividad frente a otros polos químicos en el mundo.
Dicho esto, es importante reconocer que no todos los segmentos de la industria química española evolucionan al mismo ritmo. La química básica, por ejemplo, acumula varios años de descenso en su actividad y afronta perspectivas más moderadas que otras áreas más dinámicas. Esto pone de relieve la necesidad de impulsar medidas específicas para reforzar su competitividad y asegurar que el crecimiento del sector sea equilibrado.
La industria química es estratégica para infinidad de sectores entre ellos la movilidad, la energía, el farmacéutico, la construcción o la alimentación ¿Qué papel debe jugar la química para acelerar la competitividad y descarbonización del tejido industrial español?
La química es el motor de la transición hacia una economía circular y baja en carbono. Tiene un papel absolutamente crucial en la transformación del mundo. Prácticamente el 98% de las actividades productivas requieren de química en algún punto de su cadena de valor. No hay futuro descarbonizado, circular o de transición energética sin química.
Sin embargo, la industria química tiene un doble reto estratégico. Por un lado, tenemos que transformarnos a nosotros mismos, es decir, descarbonizar nuestros propios procesos productivos. Pero, simultáneamente, tenemos que ofrecer soluciones innovadoras a nuestros clientes para que ellos también puedan transformarse. Somos parte de la solución, pero eso requiere una estrategia coordinada entre empresas, administración y entidades de investigación. España tiene líderes globales en química que pueden impulsar esta transformación no solo de manera local, sino de manera ejemplar para toda Europa. Pero necesitamos que nos escuchen desde las administraciones.
Como usted destaca, la transición hacia energías renovables y procesos circulares es uno de los mayores retos ¿Qué barreras considera más críticas, y qué necesitaría el sector para poder avanzar más rápido?
Sin duda, la energía es la principal barrera: necesitamos electrificar todos nuestros procesos con energía renovable suficiente, estable y a coste competitivo. España tiene el potencial para ser el mejor destino europeo para la inversión industrial por su acceso a energías limpias, pero debe invertir en generación, infraestructuras y distribución para garantizar ese suministro.
También es imprescindible simplificar la regulación. Hemos llegado a un punto en el que la burocracia no acelera la sostenibilidad, sino que a veces la ralentiza. Necesitamos que la Administración simplifique los trámites, que entienda que la innovación sostenible requiere flexibilidad.
Finalmente, se debe facilitar el acceso a tecnologías disruptivas a escala y a un precio razonable. Y aquí es donde el sector público debe jugar un papel crucial, apoyando la I+D+i que nos permita llevar estas tecnologías del laboratorio a la industria en tiempo récord.
Precisamente ¿Qué tecnologías disruptivas ve más cerca de una adopción masiva en la próxima década para transformar de forma decisiva los procesos industriales?
A parte de la electrificación y digitalización, veremos cómo algunas tecnologías sostenibles dan un salto decisivo. Por ejemplo, el hidrógeno verde pasará a utilizarse de forma habitual en industrias que hoy dependen de fuentes de energía fósiles. Es un combustible limpio, sin emisiones en su producción ni en su uso, y con un enorme potencial para descarbonizar sectores difíciles de electrificar.
También habrá un avance importante en las tecnologías de captura, almacenamiento y uso de CO₂. No solo evitan que el CO₂ llegue a la atmósfera, sino que pueden transformarlo en nuevos materiales, combustibles sintéticos o productos químicos.
Y el reciclaje químico será cada vez más relevante para recuperar plásticos y residuos que hoy no pueden reciclarse bien y acaban incinerados o en el vertedero. Es un proceso que permite volver a obtener moléculas básicas con las que producir materiales de alta calidad, prácticamente equivalentes a los de origen fósil. Es economía circular en estado puro. Es una tecnología que ya existe, pero necesita escalar de manera exponencial.
La transformación digital también es prioritaria para la industria química. ¿Cómo puede la digitalización impulsar la sostenibilidad y la eficiencia sin afectar la competitividad de la industria química?
La digitalización es un aliado estratégico para la industria química. No solo para mejorar la eficiencia operativa, sino precisamente para acelerar la sostenibilidad. Herramientas como la inteligencia artificial, los gemelos digitales y la analítica avanzada permiten optimizar procesos, predecir consumos energéticos, reducir residuos antes de que se generen y anticipar incidencias, mejorando la seguridad y la eficiencia de las plantas. Todo ello también tiene un impacto positivo en la competitividad de la industria y en su capacidad de adaptación a entornos cambiantes.
La industria química es esencial para nuestra vida diaria, pero a menudo genera desconfianza. ¿Qué debería cambiar en la manera de comunicar del sector para que la sociedad comprenda mejor su contribución al bienestar y a la sostenibilidad?
Primero de todo debemos actuar. Tenemos que transformar verdaderamente nuestras empresas en modelos seguros, innovadores y circulares para después explicarlo a la sociedad con humildad y transparencia, siempre con datos y hechos. Tenemos que abrir las puertas, explicar qué se hace y por qué, reconocer los retos pendientes y demostrar que trabajamos activamente para reducir el impacto en el entorno.
Paralelamente, y esto creo que es muy importante, como sector debemos ser capaces de comunicar mucho mejor que la química forma parte de la solución a los grandes desafíos sociales —energías renovables, salud, alimentación segura, ciudades sostenibles— apoyándonos siempre en evidencias y proyectos reales, no solo en mensajes. Es la forma de generar confianza.
En un sector donde la innovación es clave ¿cómo valora tanto el estado del talento como el de la transferencia tecnológica en la industria química para poder afrontar esta transformación en clave sostenible?
La industria química española lidera la inversión en I+D+i y cuenta con un talento muy cualificado, apoyado por universidades y centros tecnológicos de excelencia.
Con todo, la colaboración entre empresas, mundo académico y administración debe fortalecerse aún más para acelerar la transferencia tecnológica y que la innovación salga del laboratorio al mercado más rápido. Además, es fundamental incorporar jóvenes y perfiles digitales para garantizar el relevo generacional y cubrir las competencias que exige la transformación del sector.
Pensando en el objetivo de alcanzar emisiones netas cero en 2050, ¿es usted optimista respecto a la capacidad de la industria química en España para conseguirlo? ¿Qué decisiones deberían tomarse desde ahora para que esa meta sea realmente alcanzable?
Soy optimista, pero realista. La industria química tiene el conocimiento y la voluntad para liderar esta transición verde, pero necesita un entorno que favorezca la competitividad. Alcanzar la neutralidad climática en 2050 exige decisiones inmediatas y valientes como garantizar energía renovable abundante, estable y asequible e implementar políticas que faciliten la inversión en descarbonización y no pongan trabas a la innovación. También hay que saber aprovechar los fondos europeos para crear un ecosistema industrial sostenible. Y, sobre todo, hay que reconocer que esta meta solo se alcanzará con un esfuerzo colectivo entre empresas, administraciones y sociedad.
¿Qué papel cree que debe tener Expoquimia para acelerar la adopción de estas tecnologías y conectar a los actores clave del sector?
Expoquimia debe ser, y será, el gran altavoz del cambio. Es el mayor encuentro de la industria química del sur de Europa. Su papel es dinamizar el mercado, facilitar el contacto entre expositores y compradores potenciales de diferentes sectores industriales, pero, sobre todo, visibilizar la innovación y la capacidad del sector químico para influir positivamente en la sostenibilidad y la eficiencia de cualquier proceso productivo.
Finalmente, como presidente Expoquimia, ¿Qué mensaje le gustaría trasladar a los profesionales y empresas que están valorando participar en la feria el próximo mes de junio? ¿Qué les puede aportar Expoquimia?
Expoquimia 2026 será una edición transformadora. Estaremos abiertos como nunca a toda la cadena de valor. Incluiremos como grandes protagonistas a las industrias de proceso que emplean química: automoción, energías renovables, alimentación, farmacéutico, tratamiento de agua, agroquímica, construcción, plásticos…Porque la química interviene en la manufactura de la práctica totalidad de las cosas que nos rodean. Lo que les ofrecemos es una plataforma única donde conectar con los líderes del sector, donde entender las últimas innovaciones en sostenibilidad y digitalización, donde descubrir soluciones para hacer los procesos industriales más eficientes. Pero, sobre todo, un espacio donde entender que sin química no hay un futuro sostenible posible.
Barcelona, diciembre de 2025
Más información: www.expoquimia.com
Fotografías de Carles Navarro, presidente de Expoquimia aquí
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Maria Dolores Herranz
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